Los líderes europeos reclaman compromisos a Von der Leyen antes de respaldarla para repetir al frente de la Comision | Elecciones europeas 2024 | Noticias
Había prisa para progresar hacia un acuerdo, pero la realidad se ha impuesto. No es fácil cerrar un puzle político en una sola noche. Entre tiras y aflojas y algún órdago, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 Estados miembros avanzaron este lunes para proponer a los altos cargos de la UE. Sin acuerdo. Los favoritos están claros: la alemana Ursula von der Leyen (popular) para repetir al frente de la Comisión Europea; el portugués António Costa (socialdemócrata) para el Consejo Europeo; la primera ministra estonia, Kaja Kallas (liberal), como alta representante para Política Exterior y Seguridad; y Roberta Metsola (popular), para continuar una legislatura más al frente del Parlamento Europeo. Sin embargo, los líderes quieren ver la agenda de la alemana y le han reclamado compromisos antes de garantizarle su apoyo.
La próxima cita será dentro de diez días, cuando esperan completar el reparto que regirá las instituciones durante los próximos cinco años, en medio de una situación muy volátil a nivel europeo y global, con el auge del populismo y la extrema derecha y un clima político enrarecido, que está acelerándolo todo.
El reparto favorito (Von der Leyen, Costa, Kallas) respetaría los equilibrios políticos —el Partido Popular Europeo fue la fuerza más votada en las elecciones europeas del pasado 9 de junio; y los socialdemócratas, la segunda— de género y regionales. Pero cada familia política quiere garantías de que tendrá buenas fichas en los próximos años. Sobre todo, buenas carteras. Los retrasos perjudicarían a Von der Leyen, que podrá verse obligada a prometer algunas concesiones a cambio de apoyos y a dar más detalles de qué agenda quiere seguir durante su mandato. “Varios líderes quieren ver el programa antes de aceptar los nombres”, dice una alta fuente diplomática. “Es nuestro deber tomar una decisión antes de finales de junio”, ha lanzado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, este lunes por la noche, tras la cena en la que los líderes han negociado, sin sus equipos y sin móviles, ante un menú a base de abadejo con verduras mediterráneas.
Como se suele decir en este tipo de negociaciones, nada está acordado hasta que todo esté acordado. De hecho, los populares han lanzado un órdago al reclamar que la segunda parte del mandato del Consejo Europeo (dos años y medio de los cinco) sean para alguien de su partido, por ejemplo, para el croata Andrej Plenković, explica una fuente al corriente de la negociación. Esto se podría hacer sin forzar la norma, porque los tratados apuntan que los mandatos del presidente del Consejo son de dos años y medio y puede renovarse una vez. No obstante, los socialistas no están dispuestos a ceder, señalan las mismas fuentes. Todos los que han ocupado el puesto hasta ahora ―los liberales belgas Herman van Rompuy y Charles Michel, y el conservador polaco Donald Tusk― lo han hecho durante los dos periodos permitidos, es decir, cinco años consecutivos.
Así, los líderes del Partido Popular Europeo han empezado a sembrar dudas sobre el socialista Costa, que, sin embargo, tiene el aval del Gobierno conservador portugués y de su primer ministro, Luís Montenegro, del Partido Popular Europeo. Varios populares alegan cuestiones sobre el caso judicial por tráfico de influencias que afecta a sus colaboradores más cercanos y que derivó en su dimisión como primer ministro. Costa no ha sido imputado, aunque el caso no está cerrado. “Necesitamos aclarar el contexto legal”, ha remarcado el primer ministro, Donald Tusk, este lunes. El polaco, además, ha alertado contra los acercamientos a la extrema derecha.
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De hecho, la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni —que, sin embargo, forma parte de la extrema derecha aceptable para los populares—, ha estado bastante aislada en este Consejo. El núcleo de la negociación se ha realizado entre populares, socialistas y liberales, sin contar con la familia de los Reformistas y Conservadores Europeos (ECR) ―de la que forma parte el partido de Meloni, Hermanos de Italia―, que se ha colocado como cuarta fuerza en las elecciones a la Eurocámara. Meloni hubiera querido participar en la negociación. Y no estaba contenta por verse escorada.
“Sería importante que esto se decidiera de forma rápida y expeditiva, porque vivimos tiempos difíciles y es importante saber qué depara el futuro a Europa”, ha incidido el canciller Scholz. La socialdemócrata danesa Mette Frederiksen, que sonaba con fuerza para presidir el Consejo y que, en realidad, es la favorita de los populares por sus posiciones más duras sobre defensa y migración, ha tratado de quitarse de la ecuación este lunes. “Espero que lleguemos a un acuerdo pronto, porque con todo lo que está pasando en el mundo, es necesario darse prisa y ser un faro de estabilidad”, ha apuntado a su llegada a la reunión de líderes en Bruselas, donde también remarcó que Von der Leyen ha hecho “un buen trabajo” esta legislatura.
Sin embargo, pese a las prisas, todo queda para la próxima reunión del 27 y 28 de junio en Bruselas. “La reunión de esta noche era una ocasión de tener un profundo intercambio de puntos de vista, para ser transparentes unos con otros, para compartir las preocupaciones sobre las próximas prioridades y que se escuchasen peticiones”, ha remarcado el presidente Michel.
Los resultados de las elecciones europeas han constatado el avance de la ultraderecha y han dejado tocado al tándem franco-alemán, motor tradicional de la UE. En Alemania, la extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD) se ha erigido como segunda fuerza política en esos comicios, que han dado un varapalo a la coalición de Gobierno de Scholz y a los socialdemócratas, que han experimentado su peor resultado histórico. En Francia, la ultraderecha de Marine Le Pen (Reagrupamiento Nacional) fue la primera fuerza en una apabullante victoria que llevó al presidente, Emmanuel Macron, a convocar elecciones legislativas anticipadas. Estos comicios han causado gran inquietud en Bruselas por la posibilidad de que encumbren a los ultras en la segunda economía de la UE.
Los líderes tendrán en cuenta que la persona elegida para presidir la Comisión Europea debe ser ratificada en el Parlamento Europeo por la mayoría de eurodiputados (361 de 720). En Bruselas se especula con que los conservadores no pueden asegurar que Von der Leyen cuente con el voto en bloque de sus propios compañeros. Pese a que el líder del PP español, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado este lunes que el respaldo en la reunión de los conservadores europeos ha sido “unánime” y “sin fisuras”, los populares de Francia (Los Republicanos) y Eslovenia ya han anunciado que ellos no respaldarán a la alemana. Esto supone la fuga de 11 parlamentarios. Se trata de una cifra muy baja, pero el propio PPE cuenta con que, como el voto es secreto, haya más deserciones.
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